Disco

Thurston Moore: 'Rock´N Roll Consciousness'

(Carloline International, 2017)

Publicado por Carlos Rodríguez - Hace 4 meses
Thurston Moore: 'Rock´N Roll Consciousness'

Hay artistas que no pasan de moda y serán iconos del arte dentro de veinte, cincuenta, e incluso cien años, si es que sigue todo en pie. Uno de esos nombres que no faltará en los libros de Historia Contemporánea de la Música Norteamericana es el de Thurston Moore.

El norteamericano se podría haber retirado a gusto, con un legado envidiable, tras la separación de Sonic Youth. Quién no daría una mano por ser responsable de la discografía de la banda neoyorquina, una de las más inteligentes e inspiradoras del siglo XX.

Moore no lo tenía fácil. Su cuarto trabajo, el que analizamos hoy, es el sucesor del excelente The best day, toda una lección de maestría melódica y avant-garde. Rock ´N Roll Consciousness va un paso más allá, aunque no siempre pisa sobre seguro, y en ocasiones decae. El concepto toma el mando y las canciones son un viaje, un camino de varias etapas, en el que Moore expone sin urgencia sus inquietudes e ideas.

Las canciones son un viaje, un camino de varias etapas

Exalted recuerda al mencionado The best day. La pieza más larga del álbum arranca con la elegancia típica del americano. Dos guitarras solitarias acompañadas de finos golpes en los platillos. Y todo va mutando, poco a poco. La sinuosa atmósfera se va turbando. La melodía cambia, aunque el espíritu melancólico se mantiene. Una escala marca de la casa, y un punteo blues, hacen de antesala para los golpes pesados de electricidad. La cosa se pone seria. Parece un monstruo postrado por el frío que acaba de despertar de un largo letargo. Después de la tormenta aparece en la letanía la voz de Moore, como si fuera un mensaje de otro sistema solar protagonizado por un sueño de reverbaciones y ecos.

El tempo cambia con el segundo corte del disco. Cusp comienza como una metralleta que no para. Moore acompaña la percusión con guitarras y voces que se citan con la añoranza de un tiempo mejor. La distorsión huracanada deja paso métricamente a la pausa, y así sucesivamente. Puede que caiga un tanto en la monotonía, pero son aguas en las que se mueve como nadie.

Diría que la melancolía es el tema central del álbum, como lo fue de su predecesor. Turn On es un ejemplo de la tristeza que emana el plástico. La languidez se transmuta en un ejercicio de habilidad en lo que a melodía vocal se refiere. Pronto la pieza ha atravesado por géneros como el pop y el noise, aunque se hace larga incluso para los fans de Moore.

Un punteo serpenteante inaugura la penúltima para de Rock´N Roll Consciousness. La evolución de Smoke Dreams apenas de distancia del resto. El peaje que paga el oyente a estas alturas es pesado y se volatiza en la memoria cual humo azul.

Hay otro nuevo álbum en el mercado y es bueno

Aphrodite realza el interés hacia el disco. Pese a ser un bucle que limita peligrosamente con el aburrimiento, el broche final del disco va un paso más allá en la osadía sonora que, aunque se le presupone a Moore, se agradece en este camino peligrosamente recto. El cambio final es de lo que hace pagar una entrada con todo el gusto del mundo. Parece un ocaso Sonic Youth cien por cien.

El cuarto elepé de Thurston Moore es bueno, muy bueno si lo comparamos con la media general actual, pero es el más flojo de sus trabajos en solitario. Si miramos la botella medio vacía, la conclusión es que el nivel de Moore ha decaído ligeramente si lo comparamos con Psychic Hearts. Por contra, si somos optimistas, lo cierto es que hay otro nuevo álbum en el mercado, y es bueno, lo que no es desdeñable a día de hoy.

Más datos en https://www.thurstonmoore.com/