Disco

Ricardo Lezón: 'Misericordia'

(Subterfuge Records, 2017)

Publicado por Carlos Rodríguez - Hace 4 años
Ricardo Lezón: 'Misericordia'

No es habitual traer a esta palestra discos nacionales, lo reconozco, y mucho menos cantados en castellano. Pero aún más extraño es no abordar un álbum con silueta de rock. Hoy nos decantamos por una suerte de pop-rock-autor. Os presentamos el debút en solitario de Ricardo Lezón, titulado Esperanza.

Chet Baker se despedaza a base de bombo y bajo; y, por supuesto, con la atractiva, única y soñolienta voz de Lezón. La canción no dista demasiado, al igual que el resto del Lp, de lo que el músico y poeta ha publicado con McEnroe, su inseparable banda.

Un disco sumamente bello que nos hará parar el tiempo

Los ideales y recursos habituales de Lezón aparecen como lo hace el Sol por el Este en Arena y Romero. El amor a la naturaleza, y su metafórica observación, reinan con ánimo de indagar en lo más profundo del alma. Y nostalgia. Mucha nostalgia. El vasco mezcla lo mundano con lo sideral. El riff, en el que destaca la colaboración de su hija Jimena, es de lo más mágico que se puede escuchar en nuestro idioma. Toda una canción, que huele a postal húmeda y polvorienta.

La Paz Salvaje refleja el momento personal que atravesaba Lezón a la hora de concebir el disco, durante un retiro de veinte meses a la localidad de Noviales (Soria). Sin duda ha sido un trance duro, de irremediable incertidumbre, ante el incierto futuro de los propios McEnroe, unido a problemas personales por los que Lezón ha pasado recientemente.

Acierta en encontrar los arreglos necesarios para cada canción

El amor inalcanzable, cuyo destino es el ocaso, es un elemento clave en las letras plasmadas en los discos de McEnroe. Y en El Momento sigue impermeable esa capacidad de aportar luz y sombras, esperanza y tristeza por partes iguales.

El plástico acierta en encontrar los arreglos necesarios para cada canción. Piano y violín acompañan la letanía del autor por Ella Baila, una oda a los elementos de la naturaleza, que mezcla maestralmente con la descripción de una relación mantenida por el recuerdo, lánguido, siempre lánguido.

El tono intimista continúa con Lobos. La soledad al poder, y, por ende, el pasado, siempre mejor e idealizado. Y también el día a día, los hoteles, los deseos que no se cumplirán... Insisto en la mezcla de sentimientos que puede despertar el disco. Pero es ahí donde radica su magia. Puede parecer pesimista, angustiado, pero todo depende del prisma que utilicemos.

Lamento. Me atrevería a decir que es la canción menos inspirada de Esperanza. La letra es excelente, como casi todo lo que escribe Lezón, pero no tiene el halo, el gancho, de sus compañeras. Humanismo y naturaleza. Y todo susurrado, como el que no quiere despertar a alguien.

Propone un lienzo para que el oyente lo interprete según su estado de ánimo

Primavera en Praga es otra carta de amor, o, más bien, un diario, unas memorias de un pasado lleno de arrecifes, bosques y amapolas. Y la eterna figura femenina, misteriosa y fantasmal. De lo mejor del álbum.

Cierra el Lp Noviales. Un epílogo ensoñador que se asemeja más bien a un poema leído con una música cercana al ectoplasma. Perfecta para una tarde de tormenta, sin acceso a distracciones, donde hundirse en la autoinspección.

Lezón propone un lienzo, otorga al oyente una serie de herramientas para que lo interprete según le permita el estado anímico. La apariencia es lúgubre, espesa como la niebla en un mal día de playa, pero también hay luminosidad, y esperanza. Estamos ante un disco sumamente bello que nos hará parar el tiempo y observar detalles de nuestro alrededor que sólo miramos.

Más datos en https://www.subterfuge.com/artistas/ricardo-lezon/