Disco

Duster: 'Duster'

(Muddguts, 2019)

Publicado por Carlos Rodríguez - Hace 2 años
Duster: 'Duster'

Duster pasó desapercibido en su día, aunque sus dos primeros discos, alumbrados a finales del siglo pasado, recibieron elogios por parte de los medios más underground. Veinte años después, el trío vuelve con un maravilloso álbum lleno de oscuridad y melancolía. Puede que ahora les llegue el reconocimiento.

Capernicus Crater evidencia los derroteros por los que Duster va a obligar a pasar al oyente; los californianos retoman la senda de bandas como Codeine o Unwound para dejar patente que lo importante es el discurso instrumental, quedando la voz en un plano lejano, muy lejano. La hipnosis por emblema y los instrumentos de cuerda a todo trapo protagonizan la fiesta de bienvenida tras aquel Contemporary Movement (Up Records, 2000).

Los tonos graves agarran I´m Lost desde las primeras décimas de escucha. Las melodías vocales, aquí mucho más presentes, no hacen sino complementar el discurso de Duster, que no es otro sino retomar su amor por el post-space-punk-noise que dejaron interruptus en el años 2000. Menos de tres minutos son más que suficientes para tejer una actitud, un sonido o una bandera.

No le va a la zaga Chocolate and Mint, una copla al más puro estilo inglés. La pausa de la acometida aumenta la sensación de pérdida, de ciudad iluminada por la oscuridad del cielo. La nostalgia toma la forma de notas en esta estupenda canción que bien hubiesen podido firmar unos Mazzy Star pasados de opio.

Atentos a la vuelta de estos dinosaurios, pueden dar una lección

Summer War es todo un single. Aquí el bajo manda a base de decadencia, mientras el resto de instrumentos intenta sobrevivir a la marejada de agua oscura, casi alquitranesca. Sin duda de lo mejor que ha parido el rock americano en los dos últimos años.

Duster suma en Lomo otro matiz a su post-rock. La guitarra acústica suma su cadencia a los ecos de su compañera eléctrica mientras Clay Parton trata de contarnos una historia optimista que jamás llegará a buen puerto, como es obvio.

La electrónica también asoma sus tentáculos en este álbum. Damaged es un compendio progresivo que alcanza sin demasiado esfuerzo la tan ansiada épica. Es tan buena porque es demasiado corta.

Letting Go es una despedida. Los acordes son lágrimas, o manos bailando en el aire para decirle adios a aquello que importa. Desde luego no es un trabajo que te vaya a alegrar el día. Todo lo contrario, pero a veces todos buscamos bandas sonoras que te lleven allá abajo, donde no todo es tan horrible y opaco, para luego, si puedes, ascender a la luz.

Más experimental es Go Back, doscientos veintisiete segundos de ruido en una letanía donde sólo cabe volver, y volver, y donde mirar hacia el futuro está completamente prohibido.

El disco tiene una brillantez casi impropia de estos tiempos

Hoya Paranoia es el corte más largo de este Duster y, a decir verdad, no está entre lo mejor del disco. Una lástima que la tendencia ascendente de buenas sensaciones se frene de golpe, pero es comprensible que la apuesta avant-garde del Lp sea longeva casi más por definición que por otra cosa.

Más interesante es Ghoulish, aunque está claro que estamos inmersos de lleno en la cara B del plástico. Las guitarras chirrían más que nunca en otra pieza en llamas, perfecta para degustar mientras leemos el Apocalipsis de San Juan.

Ghost World suena a refrito de la cara A. Pese a todo es disfrutable si has disfrutado con la niebla y el fuego dibujado por la banda de San José.

El cierre del disco, o el fin del mundo si hablamos con propiedad, está en manos de Thirteen, perfecta culminación para un maravilloso trabajo de género que, como mínimo no defraudará a nadie que se acerque a él. Si el oyente busca todo lo que se puede hallar en un disco slowcore, amén de otros géneros parecidos, aquí lo encontrará con una brillantez casi impropia de estos tiempos. Atentos a la vuelta de estos dinosaurios, pues pueden dar una lección a más de uno.

Más datos en https://muddguts.com/duster